El auge de los "decretos de necesidad y urgencia" con los que nos sorprendió la década de Menem (a los que se les dio legalidad en la reforma constitucional de 1994 con las limitaciones que se establecen en el inc.3) del art. 99 de la Carta Magna) y a los que es tan afecto del Presidente Kirchner, han "salpicado" por decirlo de una manera ilustrativa, a otros estamentos del gobierno.

Conocíamos, días atrás, un Decreto (N° 00176/06) generado en la Secretaría de Hacienda y Recursos Humanos de la Municipalidad de Santa Fe, mediante el cual se concede a un grupo de 20 agentes dependientes de la Dirección de Rentas, una "bonificación especial" consistente en el 10% de lo que recauden en el marco de un "Programa de Fiscalización Integral", a contribuyentes del Derecho de Registro e Inspección, que lleva adelante la misma.

Según se desprende del considerando de ese Decreto, este "premio" está orientado a adecuar las remuneraciones del personal que interviene en el operativo y a incentivarlos, proporcionalmente, a los resultados obtenidos.

Esta intención del Departamento Ejecutivo Municipal de justificar la "bonificación", es absolutamente impropia. En primer lugar por la manifiesta improcedencia del "beneficio" toda vez que esos agentes (algunos de planta permanente y otros contratados), ya cobran su salario de conformidad a la categoría de revista, en el primero de los casos, o de acuerdo a los términos del contrato celebrado, en el restante, debiendo realizar las tareas que les son propias -precisamente las de contralor del cumplimiento de las obligaciones fiscales- con el mayor empeño y dedicación sin necesidad de "incentivo" alguno; y, en segundo lugar, porque esta "bonificación" resulta una discriminación arbitraria e irritante para el resto del personal municipal, que tiene el mismo derecho a que se le recomponga su salario.

El Ing. Balbarrey integra la Comisión Paritaria que fija el salario del personal de Municipalidades y Comunas de la Provincia, en esa condición nunca concurrió a una reunión convocada al efecto en más de dos años de que se "abrieron" las mismas, lo que demuestra claramente su reticencia en adecuar los sueldos de su personal; no obstante ello, "mejora" el ingreso de unos pocos agentes en una suma indeterminada pero que, sin duda, será sumamente significativa dada la importante recaudación del municipio, con el flaco argumento de incentivarlos en sus tareas, preguntamos, y los demás empleados qué?. Indudablemente la cuestión no tiene otra explicación más que la de la arbitrariedad y la excesiva discrecionalidad del Intendente.

Esta situación que a nuestro criterio se presenta, cuanto menos, curiosa ( por no decir irregular) ha motivado que promovamos un Pedido de Informes a fin de conocer un poco mas sobre esta decisión del Ejecutivo Municipal.

Tal vez haya que recordarle al Sr. Intendente que el esfuerzo para que sea tal debe ser compartido sino, es pura injusticia.

LEONARDO SIMONIELLO