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A 2 años de la actual Gestión Municipal: La ciudad, la ciudadanía y la gestión del intendente Balbarrey
Leonardo SImoniello - Jorge Henn
Concejales de la ciudad.
Si analizáramos la realidad de la ciudad de Santa Fe en el marco de dos indicadores económicos veríamos que: A diferencia de otras etapas se ha mejorado en aspectos como mayor inversión, fundamentalmente en el ámbito de la construcción y mayores recursos del Estado, en el caso de nuestra ciudad mediante aportes del Estado Nacional y Provincial.

Ahora bien, tomando en cuenta estos dos datos ¿Podemos afirmar que nuestra ciudad ha mejorado en su imagen urbana, en su limpieza, su seguridad, su calidad de vida en la resolución de problemas estructurales, en encontrar otra dinámica social, económica, cultural y política?

Evidentemente la respuesta es no. En este periodo de oportunidades, que otras ciudades la aprovechan provocando positivas modificaciones, Santa Fe no solo pierde posibilidades de transformación, sino que profundiza problemas crónicos, como son la falta de desagues, continúa permitiendo la degradación espacios urbanos, donde la depredación y la usurpación avanzan sobre el patrimonio público como son los casos de la Estación Belgrano, Santa Fe Cambio, y no consigue revertir la situación de absoluta exclusión en la que viven miles de santafesinos en nuestras calles, que hoy parecieran conformar para muchos parte del paisaje urbano.

A pesar de aquellos indicadores, a pesar de un crecimiento en la obra pública y privada, a pesar de emprendimientos de orden privado que demuestran que aún hay esperanzas como por ejemplo la expo – industrial entre otros, existe en nuestra ciudad una fuerte sensación de abandono, de frustración, de impotencia.

Es evidente que la gestión del Ingeniero Balbarrey esta perdiendo una gran oportunidad para la ciudad. Ha tenido, tiene y seguramente va a tener circunstancias favorables para el crecimiento de la ciudad, tiene subsidios provinciales y nacionales que han incrementado el presupuesto oficial, tiene inversión privada, Pero lamentablemente está claro que no tiene ideas, no tiene gestión, y no tiene vocación de hacer ciudad.

Estas reflexiones no están cargadas de una visón partidaria opositora ya que lo que afirmamos puede observarlo cualquier ciudadano santafesino. No deseamos el fracaso de Balbarrey, lo que no queremos es que con este intendente y este modelo de gestión fracase la ciudad, se sigan resintiendo las credibilidades necesarias entre que deben existir entre el gobierno y los ciudadanos. ¿O el peronismo seguirá sin tomar nota de la opinión de la ciudadanía expresada en las elecciones?

En este caso la respuesta tampoco es alentadora. No se modificó la conformación de las autoridades del Concejo Municipal, donde el peronismo retuvo la presidencia a pesar del contundente resultado electoral. No se convoco a la oposición que ganó las elecciones a la discusión mínima de los grandes trazos del próximo año de gestión.

La idea de que la ciudad es en gran medida una construcción colectiva, que requiere de la participación y el consenso de las expresiones políticas, sociales, empresariales, profesionales, culturales y en suma de los ciudadanos que pretenden hacer un aporte para su lugar de vida, es un concepto que esta gestión desconoce y desestima. Existe soberbia, existe autosuficiencia. Existen muchas idas y vueltas, y muchas dudas. Faltan consensos, faltan ideas y se carece de liderazgo político.

Sin plan, sin proyecto, sin consenso, y sin un liderazgo que contenga a todos los sectores, el riesgo es la mala inversión, el despilfarro, la pérdida de tiempos en épocas en donde después se hace difícil recuperarlos.

Los santafesinos sufrimos la crisis nacional, las inundaciones, la indolencia del anterior gobierno municipal y ahora, la falta de gestión del actual.

Pero si el resultado de las últimas elecciones fue una bisagra no lo fue solo para el oficialismo, sino también para la oposición. Debemos comprender que esta es una nueva oportunidad que nos entregó el ciudadano, el vecino de la ciudad. Y este tipo de oportunidades no se deben desaprovechar, porque además de una posibilidad, constituyen una nueva responsabilidad.

Debemos continuar planteando alternativas, elaborando ideas, efectuando controles sobre el gasto, y fundamentalmente tratando de generar los consensos para que las oportunidades de hacer una ciudad mejor no se pierdan, en la ausencia y en la soledad que provoca la soberbia.

Las elecciones del 23 de octubre no pueden ser solo un buen resultado electoral. Deben marcar un camino hacia la construcción de espacios que nos permitan proyectar una nueva Santa Fe.