La gestión de Felipe Michlig al frente de la UCR de la provincia de Santa Fe llega a su fin en medio del escandalo y la mediocridad producto de un dirigente que antepuso sus intereses personales por sobre el interes del conjunto de los radicales santafecinos.

Quién fuera elegido como el Presidente del consenso y la unidad partidaria, quién debería llevar adelante la tarea de posicionar al radicalismo como una buena opción electoral para toda la provincia, termina con un partido fracturado y fragmentado, dividido por su propia incapacidad de lograr los consensos necesarios para que aquella ardua tarea que se le encomendó, llegara a buen destino.

Las últimas actividades de la gestión Michlig, son una bochornosa y oscura convención para elegir a los Candidatos a Diputados Nacionales de la UCR que integran el Frente Progresista Cívico y Social, de la cual la mitad del radicalismo quedo sin representación legislativa, para culminar con la triste desición de querellar a Carlos Iparraguirre.

Es bueno recordarle al Sr. Michlig que los grandes y buenos demócratas dirimen sus discrepancias con sus adversarios por medio del debate , la discusión, en la búsqueda de lograr un mínimo entendimiento, aún a sabiendas que sus opiniones pueden no ser iguales, en cambio, lo que distingue a los autoritarios es la pretensión de querer "aniquilar" a sus "enemigos", utilizando para esto cualquier herramienta que encuentren a su alcance.

Cuando las heridas de la Convención parecían cicatrizar, con el trabajo de todos los militantes con vistas a las elecciones primarias del 7 de Agosto, esta querella las reabre, desviando la atención en temas que hoy no son los prioritarios, ni para los candidatos del radicalismo ni para los santafecinos, que pretenden que los dirigentes políticos encuentren soluciones a los problemas que viven a diario, y no que hagan discusiones de conventillo.

La actitud de Michlig pretende seguir dándoles argumentos al Partido Justicialista, en cuanto a que no existe una oposición seria en la Provincia que les haga perder su hegemonía, haciendo retroceder a todos aquellos candidatos que desde muchísimo tiempo vienen realizando un serio trabajo, para demostrar que si hay una salida, con proyectos y propuestas, a los màs de 20 años de "desgobiernos" justicialista.

La querella del Presidente del Comité Provincial de la UCR contra Carlos Iparraguirre, se debe tomar como una acto político dado la investidura de quién la realiza, pero tambien como una decisiòn personal y no de todo el radicalismo, por lo que deberìa renunciar a la presidencia, para dedicarse de lleno al litigio judicial, que el lamentablemente inicio.

La UCR en sus más de 100 años de historia, intentó que las disputas entre correligionarios, no sean derimidas en el ámbito de la Justicia, siempre se confrontarón dentro del partido, con la presencia de sus afiliados y militantes, que son los que permiten que a pesar de los errores cometidos, la UCR siga viva.

El Sr. Felipe Michlig ya no engaña más a nadie, su hipocresía y sus reacciones solamente desunen a los radicales, su actitud merecen nuestro repudio. Michlig sabe que Carlos Iparraguirre no faltó a la verdad, nos mintió a todos diciendo que si no se lograba nominar a los candidatos a diputados nacionales por un amplio consenso él renunciaba a la Presidencia, y se termina convirtiendo en el principal artífice de la exclusión de la mitad del partido en medio del escándolo y con actitudes sospechosas que algún día se tendrá que dignar a explicar.

Daniel Basile. - Sec. Prensa UCR La Capital Santa Fe
Fabián Palo Oliver - Presidente UCR La Capital Santa Fe