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EDUCACIÓN INICIAL Y DIVERSIDAD
Mtra. Rosario Méndez de Viera - Inspectora Nacional de Educación Inicial |
Estos cambios implican la conformación de nuevas formas de encarar
los procesos de enseñanza y de aprendizaje en la búsqueda
de elevar la calidad educativa, lo que se concreta en el análisis
y revisión de diferentes e importantes aspectos tales como las
renovaciones curriculares, la elaboración de proyectos específicos,
la individualización, atención a las necesidades educativas
especiales, el tratamiento de la diversidad. La tarea fundamental de la educación es formar hombre y mujeres
activos con capacidad crítica, autónomos y responsables
para convivir en forma consciente en la sociedad, capaces de evolucionar
y adaptarse a la compleja realidad del mundo contemporáneo, a un
mundo en rápida mutación. Esto implica el desafío de lograr un grado suficiente de diversificación
para que la acción educativa no se constituya en un factor de exclusión
social, sino en un factor de cohesión en la dinámica social
de nuestra sociedad democrática. Para ello es necesario una enseñanza personalizada, donde se respeta
la individualidad, una enseñanza que contempla la valorización
del pluralismo cultural, que atienda las desigualdades, que contemple
el derecho a la educación de todos cada uno de los niños
y niñas uruguayos, sean cuales sean sus características
y necesidades. El respeto a las diferencias y el enriquecimiento mutuo con las mismas
debe constituir un planteamiento educativo básico. De hecho ofrecer
calidad educativa no es dar a todos lo mismo, sino dar a cada uno lo que
necesite. Con este propósito debe sustituirse la lógica de la homogeneidad
por la lógica de la diversidad (A. Pérez Gómez -
1995). El acceso del niño a la institución educativa está
presidido por la diversidad de su desarrollo cognitivo afectivo y social,
en virtud de su propia matriz de desarrollo y de la cantidad y calidad
de sus experiencias e intercambios sociales previos. El grupo de alumnos
constituye pues un conjunto de individualidades, en función de
las condiciones y oportunidades que se las han ofrecido en sus contextos
de desarrollo a lo largo de su historia personal. No hay grupos homogéneos de aprendizaje, los alumnos son diferentes
en sus capacidades, motivaciones e intereses. Estos tres elementos son
interdependientes e interactúan en las situaciones de aprendizaje.
Lo que implica un complejo reto didáctico que requiere flexibilidad,
diversidad y pluralidad organizativa y metodológica. Ante ello
debemos proporcionar una propuesta educativa acorde a la diversidad de
los alumnos, entendida como la oportuna diversificación de los
procesos a efectos de que todos ellos alcancen los objetivos considerados
necesarios para su aprendizaje desarrollante. Debemos aplicar un modelo didáctico flexible y plural que permita
atender las diferencias de origen, de modo que el acceso a la cultura
se adecúe a la exigencias , ritmos, motivaciones, intereses y capacidades
iniciales de los educandos. En el concepto de diversidad consideramos
tanto lo que tiene su origen en las diferencias personales, la de grupos
sociales, así como la que se genera en los grupos de imaginación,
o en las deficiencias físicas o psicológicas hereditarias
o adquiridas. La diversidad no puede definirse unilateralmente, destacando la diferencia
como propia de una sola condición (sexo, capacidad, ritmo de aprendizaje,
lugar de procedencia, etc), sino como fruto de combinaciones peculiares
y complejas de las condiciones internas y externas que confluyen en cada
educando. Debemos distinguir la diferencia conceptual entre diversidad
y desigualdad, reconocer que a través de procesos formalmente homogéneos
se producen resultados heterogéneos y a la inversa, que para obtener
resultados homogéneos es preciso en muchos casos aceptar y promover
la diversidad a nivel de los procesos. En síntesis la integración educativa y la equidad social
suponen eliminar la desigualdad, pero no la diversidad (J.C. Tedesko 1993).
Se trata de mejorar la equidad ofreciendo un servicio educativo de calidad
a los sectores más carenciados (marginados, población en
condiciones de pobreza, niño con necesidades espaciales, etc) de
manera que les permita la adquisición de competencias socialmente
significativas, fundamentadas en la aplicación del criterio de
la satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje.
Promoviendo así acciones para la reducción de las desigualdades
de acuerdo al criterio de discriminación positiva a efectos de
realmente consolidar los principios democráticos y de igualdad
de derechos. En la etapa de la Educación Inicial es más evidente que
en otras la necesidad de atender la diversidad de los alumnos, debido
a diferentes razones:
Emprendiendo en suma distintas acciones que tienden a demostrar que es
posible lograr una aproximación a la excelencia en los aprendizajes
para todos los niños dando posibilidad de aprender a conocer, aprender
a ser, aprender a hacer y aprender a vivir juntos. Acciones que permiten apuntar a la lógica de la diversidad, donde
se busquen estrategias que implican un verdadero reto didáctico
y exigen una pronta toma de decisiones. En resumen desarrollando una actitud de investigación, análisis
y reflexión de la tarea educativa para entender y atender a la
diversidad. Colegas: Debemos de renovar nuestro entusiasmo para llevar
adelante la acción, para alcanzar los objetivos que se le exigen
a la educación en vísperas del nuevo siglo. "Paliar en parte los efectos de la desigualdad
y preparar a cada individuo para luchar y defenderse en las mejores condiciones
en el escenario social es el reto educativo de la escuela contemporánea". |