En todos estos años la Juventud Radical de la Provincia no estuvo exenta de la crisis de representatividad, participación y movilización de las problemáticas de los jóvenes.

Casi faltos de reacción, simplemente brindando nuestros nombres para confeccionar listas en casos de internas, y de ahí en mas sin saber hacia donde apuntar nuestro accionar.

A principio de año, entendimos que la situación partidaria, no resistiría una futura interna, y refrendamos posiciones y acuerdos de participación. Sin dejar de advertir nuestra procedencia, tanto de sector como ideológica, yendo hacia el mismo lado. Nuestras diferencias no nos impidieron sentarnos varias veces, en distintas ciudades, todos los sectores que participan en la vida interna de la U.C.R., a resolver nuestras cuestiones.

Por eso no debemos callarnos cuando vemos errores de lectura y realidad política, en la toma de decisiones de los dirigentes mayores de nuestro partido.

Descontando seguramente las honrosas excepciones de las personas que desde algún cargo, legislativo o ejecutivo logran demostrar que trabajan para la ciudadanía, nuestro partido es un sello, una cascara sin contenido de ideas, cerrado en sí mismo, sin contacto con instituciones intermedias, sin peso en el contexto social, sin afiliados participativos, con padrones inflados y dobles con el peronismo, sin democracia interna, y según las ultimas internas presidenciales, también fraudulento.

Ahora, si compartimos el análisis del párrafo anterior, ¿debemos competir en internas?

Si las circunstancias o escenarios fueran distintos, las considero ineludibles e irremplazables, para la salud de cualquier partido político, sobre todo en uno de mas de 100 años de historia.

Pero dada las circunstancias que nos atraviesan vivir partidariamente, seria un graso error caer en la tentación de medir fuerzas, donde ni siquiera se debatan ideas o propuestas de hacia donde ir o que hacer con el partido o como considerarnos para con la sociedad una oposición no solo responsable y creíble, sino también con un programa de gobierno factible e integrado, en una provincia que nos tiene cómodamente ubicado en el rol opositor.

Tal vez ahí nos ubica la sociedad porque nunca hemos logrado insertarnos en las redes sociales, donde si lo hizo el peronismo, al creer simplemente que los ciudadanos llenarían los comités, y asiduamente solicitarían fichas de afiliación.

Tal vez ahí nos ubica la sociedad, porque solo tratamos de renovar nuestra banca opositora, para conservar nuestro espacio de poder, sin imaginarnos otra forma de consensuar nuestras diferencias.

Tal vez ahí nos ubica la sociedad, simplemente porque cuando tuvimos la oportunidad de llegar al gobierno provincial, los negociados de ubicación en las listas legislativas pesaron más.

Tal vez ahí nos ubica la sociedad, porque tuvimos miedo.

Ya no sirve de nada impugnar o vetar personas por el solo hecho de posicionarnos para el futuro, sino tenemos el valor de sentarnos en una mesa a discutir si otros "dirigentes" que estuvieron en listas de otros partidos, pueden ser considerados afiliados; O personas que éticamente dejan mucho que desear los reivindicamos porque son elegidos para cargos legislativos o municipales.

Es decir, hemos perdido hasta los escrúpulos y debemos trazar una raya ética.

Debemos acordar una salida entre todos los sectores internos para discutir en los próximos meses nuevas formas de dirección y participación de la vida partidaria.

Que la Unión Cívica Radical tenga mas de 100 años no significa que se muera mañana, pero tampoco que viva otros 100.

En las decisiones de estas horas, se marca el destino de los radicales de Santa Fe.

O reconstruimos un partido que no le tema al poder, a través de figuras representativas sin tachas morales, o seguimos como estamos.

Espero no oír mañana que los jóvenes son el futuro, cuando no nos dejan participar de este presente, pero tampoco desearía oír que tenemos los mismos vicios que los mayores.

Danilo Armando
JUVENTUD RADICAL
Departamento La Capital