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Preguntas difíciles, respuestas fáciles

 

Para iniciar una línea de pensamiento sobre la situación actual del radicalismo y su futuro creemos necesario dos cosas o hacer historia o comenzar con preguntas para ubicarnos en el tema.

No hay tiempo para rasgarnos las vestiduras con discursos de expulsión partidaria, traición política de lo que fue la presidencia de De La Rúa, responsabilidades propias y ajenas por los costos políticos que nos tuvimos que "comer" con las coimas del Senado, las medidas económicas de Lopez Murphy, los discursos escritos por Antonito, el padre salvador de la criatura Domingo Cavallo, la nueva Alianza con Patricia Bullrich y en síntesis, el silencio absoluto de mas de dos años del Partido Radical por que, había que apoyar a "nuestro gobierno".

Los interrogantes son legítimos cuando a la luz de los resultados parece derrotado nuestro intento de construir un  país más justo, más libre, más solidario.

Empecemos con preguntas concretas ¿Por que desde 1983 son las mismas caras las que deciden nuestro futuro, existen nombres a nivel provincial y nacional que hace 20 años que son jóvenes? ¿Con qué derecho estas personas se van a convertir en los abanderados del cambio? ¿Qué “nuevo radicalismo” pueden representar quienes fueron parte de este viejo partido? ¿Que caras nuevas mostraremos a una sociedad que reclama "que se vayan todos"? ¿Pueden decir que, por haber sido disidentes dentro del partido y el gobierno no están contaminados?

El no darnos respuestas cortas y sencillas a estas preguntas desnudan otras peores dentro del seno de la U.C.R. ¿Por que tenemos respuestas en el abanico ideológico desde la derecha hasta la izquierda, hoy decimos desde el neoliberalismo hasta el progresismo? ¿Que tenemos que ver con Coti Nosiglia? ¿Qué similitudes tenemos con  Melchor Posse? ¿Que compartimos nosotros con las prácticas de Mestre?

El admitir y convalidar este tipo de cosas nos ha llevado a que los últimos tres candidatos a presidente que surgieron de nuestro partido fueran Angeloz, Masaccessi y De la Rúa, basta ver el final de cada uno de ellos para preguntarnos ¿Hasta cuando puede contenernos este partido tal cual hoy se expresa? O la peor respuesta que se nos puede ocurrir como militantes  "En realidad, quieren que nos vayamos".

Todos nosotros en algún momento tomamos voluntariamente la decisión de militar en política y sumarnos a la Unión Cívica Radical. Nadie nos empujó a tomar ese compromiso ni a asumir las responsabilidades que de él derivan. No respondimos a un impulso momentáneo. Creímos por entonces que podíamos ser útiles en la tarea de construcción de un país distinto y mejor, sabíamos cual era la realidad que queríamos cambiar.

Tampoco nadie nos obliga hoy, a dar continuidad a nuestra militancia, pero la circunstancia de convocarnos a reflexionar sobre el futuro del país y de nuestro Partido, es por si sola indicativa de que cada uno de nosotros ha tomado la decisión individual de persistir en el ejercicio de esta actividad.

No estamos en la U.C.R. por la sigla, por nuestros parientes, por comodidad, o por conveniencia. Por lo menos nosotros no. Estamos por sus principios, su ideología y sus ideas, pero si esto fundamentalmente no nos lo brinda el Partido o no nos permite implementarlo, amigos míos no tenemos nada mas que hacer acá. Tenemos que encontrarlo en otro lado o fundarlo en otro lugar.

Por que nos pueden decir que las peleas hay que darlas desde adentro y lo compartimos, pero las luchas internas se dieron desde Irigoyen y Alvear hasta la actualidad, y desde entonces en todos los comités nos hemos cansado de escuchar de "la unidad partidaria" y "que se rompa pero que no se doble", y tenemos tantos desencuentros domésticos y tantas curvas y arqueadas, que tales frases nos pareces impracticables.

Es por eso que hoy necesitamos y planteamos al menos dos puntos de apoyo, para comenzar a dar algunas respuestas a los interrogantes del comienzo.

1. Redefinir ideológicamente a la Unión Cívica Radical.

No hay espacio para la convivencia de heterogeneidades ideológicas tan grandes dentro de la U.C.R. Y nosotros personalmente queremos un partido progresista, de centro- izquierda, socialdemócrata o como la ciencia política desee llamarlo.

Los partidos políticos que comparten nuestras ideas tanto en Europa como en América Latina, han comprendido que la oferta política progresista parte de reconocer dos hechos:

La gente conoce sus problemas y tiene mucha mas información sobre los mismos y sobre cómo resolverlos. Ello impone un nuevo estilo de hacer política para ampliar las fronteras de la democracia, facilitando la participación de los ciudadanos en la resolución de sus problemas y llevando los principios de la igualdad y la responsabilidad a la vida cotidiana. Esto cambia sustancialmente nuestras prácticas políticas, dando alta participación a la ciudadanía para conciliar, tanto las soluciones con las visiones sociales en nuevos escenarios políticos y sociales.

Indudablemente, la visión que los ciudadanos tienen de los partidos políticos ha cambiado fuertemente. El desprestigio social de las dirigencias es muy fuerte en todo el mundo. Pero en muchos países, los partidos socialdemócratas han tenido y tienen una gran capacidad de adaptar, tanto las propuestas como las formas organizativas de sus estructuras, para permitir que las sociedad se vea cabalmente representada en dichas organizaciones. El populismo en Venezuela; el autoritarismo en Perú; la guerrilla colombiana, el colapso social en Argentina, diferentes tipos de autócratas, de mesiánicos, de caudillos de diferente naturaleza apuestan en América latina al debilitamiento de la democracia y a la existencia de "Gobiernos Fuertes" que someten a sus respectivos pueblos.

Nosotros por el contrario, seguimos siendo porfiados y tenaces, entendemos que los males de la democracia se curan con más democracia, que la respuesta que el pueblo necesita requiere justicia social, crecimiento y redistribución y para estar a la altura de ese desafío se necesita una coalición que represente una mayoría nacional capaz de concretar ese desafío.

2. Accionar politico con otros sectores progresista

Como resultado del primer paso no debemos caer en la trampa discursiva de si debemos llevar candidato o no en las próximas elecciones presidenciales de marzo del 2003. Si lo tenemos, tendrá legitimidad si cuenta con un proyecto de país, un programa político y un plan de gobierno radical, progresista y abierto.

Si así nos decididimos ya estaría definido su proyecto: Radical porque deberá tener los lineamientos que proponemos en el punto anterior. Progresista por que ciertos personajes del partido no deberán tener nada que ver en esta nueva etapa política. Y finalmente Abierto a compartir con otros sectores políticos y actores sociales que así lo entiendan una forma de presentarse ante la sociedad alternativamente distintos al régimen político, social y cultural que intentamos suplantar.

Mientras los sectores concentrados concilian intereses, los sectores progresistas y populares aún no conseguimos ponernos de acuerdo sobre cual es nuestro verdadero enemigo y sobre que politica economica queremos. Tendríamos que releer con pinzas la "Contradicción Fundamental".

Marchemos en búsqueda de un gran frente popular que ponga fin a una era de desigualdad y fracaso.

Las verdaderas reformas políticas no se generan con cacerolas y desmanes, ni eliminando instituciones, sino con votos, partidos "modernos" y dirigentes "nuevos" .

Finalmente, creemos que la U.C.R. tiene escasos caminos por retomar y casi nada de crédito social, depende exclusivamente de las conductas y las prácticas políticas que este dispuesta a cambiar rotundamente, pero también de los testimonios concretos que respecto a tales conductas y prácticas den sus integrantes.  

JUVENTUD RADICAL CELESTE

"Sergio Karakachoff"