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04/09/06 |
TEMA: |
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AUTOR: |
Marcela Rodriguez
- Psicopedagoga
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En nuestro país los derechos de los niños son constitucionales, nuestra ciudad cuenta con una Oficina sobre la protección y la promoción de los derechos de los niños y adolescentes, cuyo espíritu a la hora de crearla está expuesto en su nombre, sin embargo pareciera ser un área administrativa más del municipio sufriendo la deshumanización como otras. "La humanidad debe al niño lo
mejor que puede darle... A pesar de la información existente y de las propuestas de sensibilización de organizaciones internacionales como OIT y el compromiso de la mayoría de los gobiernos nacionales de erradicar el trabajo infantil eliminando definitivamente a los niños de esta situación de explotación laboral, existen proyecto que proponen organizarlos para que continúen trabajando. Las políticas de ajuste, la flexibilización, el corrimiento del Estado, trajeron a aparejado en nuestra ciudad, al igual que en el resto del país, la agudización de las condiciones de pobreza, provocando rupturas profundas en los modos de relacionarnos y reproducirnos como sociedad. En Santa Fe, durante los últimos años hemos visto crecer el número de niños, niñas y adolescentes en situación de calle. Muchos de ellos ubicados en diferentes esquinas de la ciudad, donde a través de la limpieza de vidrios de los autos, espectáculos circenses, ventas de frutas, entre otros, obtienen una mínima retribución, escondiendo la mendicidad implícita en una actividad que no se parece en nada a un trabajo digno y formal. Estos niños, que deambulan en las calles ofreciendo un servicio, en la puerta de un negocio, en la calle abriendo una puerta de un taxi, o bien pidiendo una moneda a cambio de una tarjeta, permanecen horas en las calles con todos los riesgos que ello implica. Cabe preguntarnos que sucedió en sus vidas antes que eligieran la calle como su hogar. Los barrios condenados a la pobreza, cuentan con muchas instituciones
gubernamentales o no gubernamentales que atienden a la infancia desde
edades tempranas, ya sea por medio de jardines, comedores comunitarios,
centros de atención familiar, etc., sin embargo pareciera que su
accionar no ha podido en algunos casos retener a los niños en su
ámbito familiar y social. Y al referirnos al ámbito social estamos señalando su barrio,
su comunidad, escuela, etc., su entorno cercano, el mismo que cualquier
otro niño necesita para socializarse, para formarse en sus primeros
años de vida, estamos hablando de la infancia, aunque para muchos
en la pobreza se despersonalizan algunas cuestiones. Las condiciones de abandono en las que viven los pobres, por responsabilidad
absoluta de un Estado ausente, o bien con una presencia que no soluciona
la problemática, agudizan los conflictos en las relaciones personales
provocando la ruptura a veces del grupo familiar, generando situaciones
como las que hoy nos ocupa en referencia al niño en situación
de calle involucrado en el trabajo infantil. "La UNICEF ha desarrollado un conjunto de criterios básicos para determinar si el trabajo infantil es explotador. Define que el trabajo infantil es inapropiado si:
No creemos que a partir de este párrafo de la UNICEF, debamos
ser más explícitos en la temática. En Febrero de este año se planteo desde el estado municipal la
generación de una cooperativa de trabajo entre los niños
y adolescentes que realizan esta actividad, esta acción podría
entenderse como la legalización del trabajo infantil. No se puede perder de vista que todos los niños y adolescentes deben estar en la escuela, (puesto que se considera a la educación como un derecho social y patrimonio del bien común), insertos en un sistema educativo que debe contribuir a la inclusión y democratización social de ellos, brindándoles elementos para que tengan mayores posibilidades de disfrutar de una vida plena, y de alcanzar alternativas ocupacionales, de formación y de oportunidades de crecimiento mayores. Debemos preguntarnos si este tipo de medidas responden a las inquietudes de aportar al crecimiento de una sociedad más equitativa, justa e inclusiva, enmarcada en la idea de preservar el interés superior de los niños o si en realidad, las sociedades que verdaderamente progresan en sus índices de desarrollo humano son aquellas capaces de dar una oportunidad a los jóvenes, aquellas que por tenerse confianza en lo socioeducativo, y por creer en la libertad, equidad, justicia, etc., como únicos caminos posibles, y que elaboran normas y leyes en consecuencia para actuar como horizonte, al cual irse aproximando sin interrupciones. Es necesario tener en cuenta que el trabajo infantil visto en la mayoría
de los casos como explotación infantil es causa y consecuencia
de la pobreza. Evidentemente todas las acciones deben venir acompañadas de políticas que apunten al aumento de ingresos familiares, prohibiendo los trabajos peligrosos, facilitando el acceso a la educación , a la salud pública, a una economía tangible, desde una unificación y acuerdo de ideas desde todos los ámbitos estatales a la hora de discutir un proyecto de ciudad.
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