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18/12/06 |
TEMA: |
EN SANTA FE, LA INCONCIENCIA ESTÁ CREANDO OTRO RIACHUELO |
AUTOR: |
MIGUEL A. CRESPI
- Tel. 0342-156.984945
|
A partir del volcamiento de efluentes cloacales en la Laguna Setúbal, este importante espejo de agua se está convirtiendo en un lugar transformado de lo que históricamente era y que no solo servía para el uso recreativo sino y muy fundamentalmente, para captar agua potable para consumo de la población. Las causas están a la vista pero, por una u otra razón
pretendidamente justificadas, se demora en una solución definitiva
el saneamiento y entonces, temporada tras temporada y ante la coyuntura,
se verifica que distintos puntos de sus costas van tomando un grado de
contaminación que pone en peligro su uso ante la presencia de coliformes
fecales y otras bacterias contaminantes. Las pretendidas soluciones momentáneas no alcanzan. Se clausura
tal o cual balneario; se trata de verificar quienes son los que vuelcan
efluentes cloacales a los desagues pluviales pero la tarea no es sencilla
porque la Municipalidad no dispone de los elementos técnicos y
económicos para detectarlos; se trata de constatar si en la Costanera
Este los paradores cumplen con las normas entonces se verifican accidentes
de difícil justificación; por otra parte no se puede desconocer
la basura que los desaprensivos arrojan en las márgenes y así
la serie de causas se suceden pero, la contaminación cada día
es mayor y lo que otrora fuera un límpido espejo de agua de amplias
playas, hoy se ha ido transformando en un curso contaminado que no se
atina a resolver acabadamente y que, año tras año, se potencia
en lo insalubre. A todo esto no podemos dejar de considerar que a escasos quinientos metros
aguas abajo del Viaducto Oroño, existe una toma de captación
de agua de la concesionaria provincial destinada al consumo humano que,
para poder potabilizarla, requiere de aditamentos en exceso que por otra
parte, tarde o temprano, generan perjuicios a la salud del ser humano.
No podemos admitir que una situación que vienen creciendo año
tras año quede sumida en la simple excusa de la imposibilidad de
ser resuelta. Los que tengan servicios cloacales y arrojen sus efluentes
a los desagues pluviales deberán conocer el rigor de la Ley con
total contundencia y debe ser el Estado quien provea de los medios necesarios
para iniciar estas acciones las que luego deberán ser solventadas
material o humanamente, por estos irresponsables que no miden las consecuencias
de sus actos delictivos. Tampoco es admisible que vivamos con la justificación que se producen
accidentes cuando se han establecido pautas que no fueron cumplidas. Es
tiempo de que se asuman las responsabilidades y concientizaciones que
a cada ciudadano le corresponde a fin de evaluar la degradación
progresiva que se está produciendo en este espejo de agua al que
no solo hay que considerar como área de esparcimiento sino también,
como un recurso natural que no podemos ni debemos maltratar porque ello
llevará implícito restar nuestra fuente de agua natural
en un futuro no muy lejano. Por último, no nos asustemos con lo que ocurre en otros lugares cuando, a escasos metros de nuestras canillas, se está reproduciendo esta terrible degradación del medio ambiente mediante la contaminación de la Laguna Setúbal ya que, lo que alguna vez fue un hecho esporádico, el transcurrir del tiempo lo ha transformado en algo cotidiano, constante y degradante todo, dominado por la impunidad y total carencia de voluntad de vida. Miguel A. Crespi |