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12/12/06 |
TEMA: |
PRENDA LAS BALIZAS . . . Y LISTO. |
AUTOR: |
MIGUEL A. CRESPI
- Tel. 0342-156.984945
|
Quien más, quien menos, todo poblador de cualquier ciudad o pueblo tiene tradiciones demasiado arraigadas y en este sentido, nuestra Ciudad de Santa Fe, no queda al margen de ciertas costumbres que van marcando una caracterización popular que es posible de observar en cualquier sitio o circunstancia. Y como decimos, en Santa Fe se halla impuesta una moda que nos caracteriza y está dada en que cualquier vehículo automotor por el cual su conductor debe realizar algún tipo de gestión, resulta detenido a comodidad del mismo, donde a éste le quede más cómodo; eso sí, siempre con las balizas encendidas. Entonces, sea que el responsable de la conducción tenga que hacer compras en la verdulería o en la farmacia, realizar un trámite en el banco, encontrarse con un amigo, esperar a un amigo, aguardar a la esposa o a los hijos a la salida del colegio, todo se soluciona estacionando donde se pueda pero eso sí, con las balizas del vehículo encendidas. Y esto que parece burlón y grotesco es lo que habitualmente se puede verificar en cualquier lugar de la Ciudad, no importa si esa detención es sobre la mano izquierda, en doble fila, en la zona de detención de los ómnibus, en un lugar prohibido, en una ochava o en la entrada de una cochera; cualquier lugar da lo mismo pero . . . siempre con las balizas encendidas. Ya sin sátira viene al caso la reflexión y siempre obviando cualquier causa de fuerza mayor (que seguramente existen) pero no es aceptable que en esta maraña de tránsito que tiene la Ciudad de Santa Fe, nos encontremos a cada momento, con vehículos cuyos responsables no dudan en estacionar a su conveniencia en detrimento del resto de los conductores o transeúntes que se ven invadidos o perjudicados por estas acciones sin que se asuma la responsabilidad del reconocimiento a las limitaciones y reglas que todos debemos conocer y cumplir al momento de la conducción de un vehículo. No desconocemos ciertas urgencias pero evidentemente estos comportamientos van en abierto perjuicio a un orden que todos reclamamos pero al que poco se aporta con acciones de este tipo por las que tampoco podemos estar clamando control puesto que resultan esporádicas y solo responden a la responsabilidad de cada uno. No podemos pretender un vigilante por cuadra para observar estas conductas, esto es responsabilidad y concientización personal y si cada uno visionamos este concepto, seguramente estaremos contribuyendo a mejorar las condiciones de circulación y consecuentemente a evitar incidentes como los que verificamos día a día incluso, con víctimas de la más variada magnitud. Después de todo esto, no olvidemos prender las balizas . . .
y todo resuelto. Miguel A. Crespi |