![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
||||||||||||||||
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
10/08/06 |
TEMA: |
EXCUSAS VERSUS ACCIDENTES DE TRANSITO |
AUTOR: |
MIGUEL A. CRESPI
- Tel. 0342-156.984945
|
Desconocer o resultar indiferente al alto índice de accidentes de tránsito en cualquier ámbito del País pero muy particularmente en nuestra Provincia y también en nuestra Ciudad, sería hipócrita y excento de cualquier sentimiento responsable. De los factores que los provocan también se han llenado editoriales y crónicas pero, de lo que muy poco se dice, es de la responsabilidad de los distintos actores que se involucran ya que, el factor humano es absolutamente determinante en la mayoría de los casos, por no decir en su totalidad. Y en este sentido esos actores no solo resultan ser los conductores de los diferentes vehículos - todos, ciclistas, camioneros, automovilistas, choferes de ómnibus, motociclistas, etc. - porque cada uno en su característica particular es generalmente responsable de lo que ocurre por negligencia, desconocimiento, impericia o simplemente por inconciencia de las severas consecuencias que cualquiera de esos aspectos puede aportar a la terrible estadística. Pero también son plenamente solidarios en la situación y quizás mucho más, quienes tienen el poder legal para resguardar celosamente cada una de las condiciones en que se conduce y en las irregularidades físicas sea en rutas o calles de esta Provincia o Ciudad o de cualquier otra. Entonces, las habituales excusas que se interponen en los diferentes estamentos para soslayar responsabilidades, son negligentemente inútiles y totalmente injustificables. Hoy, con los índices de accidentología que se verifican, no podemos aceptar justificaciones por la falta de controles de alcoholemia, la carencia de funciones específicas de las concesionarias de rutas y autopistas, la carencia de inspectores de la CNRT, de la Dirección de Transportes de la Provincia, de la Secretaría de Estado de Trabajo, de la Dirección de Tránsito de la Municipalidad de Santa Fe, de la Policía Provincial, de las Direcciones de Vialidad y de cuaquier otro gestor responsable de cumplir con los controles, custodias y resguardos que marcan las Leyes, Ordenanzas y toda la profusa y abundante legislación que está vigente. Todo esto, sin olvidar la responsabilidad que nos cabe como individuos. Como última reflexión no está demás advertir con total énfasis que cualquiera que salga a la calle, sea conductor de cualquier vehículo, peatón o funcionario responsable de trabajar en la obligación de comenzar a corregir esta realidad, no queda exento de ser una cifra más en los terribles guarismos que día tras día incrementan el número de víctimas fatales, minusválidos, lesionados, mutilados o deudos que asolan nuestra geografía nacional y muy particularmente nuestra Ciudad y Provincia. Y a modo de conclusión, es hora que cada uno se ponga a cumplir con sus deberes u obligaciones y abandonemos esta nefasta costumbre de matarnos entre nosostros mismos a cambio de llegar antes o porque nadie controla en función de las obligaciones que les son propias. Miguel A. Crespi |